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LA ÉTICA Y EL DESARROLLO PROFESIONAL Por la Mtra. María Elena Liñan Badín, Coordinadora de Humanidades y Acción Social. Universidad La Salle Cuernavaca.

LA ÉTICA Y EL DESARROLLO PROFESIONAL

Actualmente las instituciones de educación superior plantean que la formación profesional debe tener como fundamento una formación integral que contemple tanto las capacidades y habilidades que le permitan al nuevo profesionista insertarse en el mundo del trabajo, como también los valores y las actitudes que desarrollen su personalidad y le lleven a contribuir como profesionista y como ciudadano, con una mayor eficiencia, compromiso y responsabilidad.

Estas características axiológicas y actitudinales que dependen en mayor medida de la formación del carácter y la personalidad del profesionista, son reconocidas actualmente como calificaciones profesionales, pues tienen la misma importancia que los conocimientos y habilidades, y son reconocidas y valoradas en el mundo laboral. Como afirma Ibarra (2007) “la ética profesional es una ética afirmativa porque detrás de sus principios se encuentran los valores profesionales, por lo que le plantea al profesionista, la posibilidad de ejercer su libertad y autonomía en la elección y adhesión a los valores profesionales que le son propios”.

Un aspecto fundamental en la formación integral de los estudiantes dentro de las universidades es la formación ética, pero esta no puede reducirse a impartir materias de ética profesional como parte del currículum, donde se revisen solamente de forma teórica los principios, valores y criterios de las profesiones. Incluso va más allá de los códigos deontológicos que delimitan el campo de los deberes como estándares de la profesión fijados por las asociaciones profesionales, que ciertamente son muy importantes para el futuro profesionista, sin embargo, resulta fundamental además, ampliar su visión sobre el horizonte ético de las profesiones, partiendo de su razón de ser y del sentido social y el impacto que tienen las mismas.

El reto de las instituciones de educación superior hoy día es generar espacios de diálogo y discusión en donde los estudiantes puedan vivir experiencias que les ayuden a vincular los principios, criterios y valores de cada disciplina, reflexionando sobre las diversas disyuntivas éticas, tanto en el proceso de su formación como en su ejercicio profesional. Fernández y Hortal (1994) señalan que el verdadero valor del quehacer profesional es que “contribuye a elevar el grado de humanización de la vida personal y social”.

La Universidad La Salle Cuernavaca, en base a su Misión, promueve que los estudiantes vivan los valores institucionales de Fe, Fraternidad, Servicio, Justicia y Compromiso, dentro de su ejercicio profesional; contribuyendo con generosidad y entrega, a la solución de los problemas de nuestro país, siendo artífices de una nueva sociedad más ilustrada, justa y fraterna; formando así “Profesionales con Valor”.

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