Una reflexión sobre los Derechos Humanos de las mujeres profesionales
Un punto crucial en el desarrollo de las mujeres, es cuando decidimos ser madres. Es difícil porque dejamos nuestros proyectos profesionales para dedicarnos a esta función, dejamos nuestros estudios, dejamos el empleo de nuestra vida, abandonamos nuestra capacitación y nuestro desarrollo, las competencias quedan fuera, los viajes y el crecimiento personal se limita.
Es aún más difícil, cuando buscamos incorporarnos nuevamente al mercado laboral, resulta que las organizaciones requieren personas comprometidas que tengan capacidad de gestión, que manejen adecuadamente su inteligencia emocional, que demuestren sus aptitudes y comprueben su desarrollo. Esto actualmente cambio, me gustaría retomar, lo que la ONU, ha trabajado por difundir y procurar justicia en los derechos humanos de las mujeres.
Recordemos que hace más de dos décadas, en Beijing, 189 países se comprometieron a alcanzar la igualdad para las mujeres, en la ley y en la práctica, de tal forma que las mujeres pudieran disfrutar plenamente de sus derechos y libertades como seres humanos en condiciones de igualdad. Se aprobó un plan para asegurar que las mujeres contaran con los mismos:
¡Derechos que los hombres a la hora de recibir educación y desarrollar su potencial!. ¡Los mismos Derechos que los hombres a la hora de elegir su profesión!. ¡Los mismos Derechos a la hora de trabajar y de liderar comunidades y naciones!.
El mundo ha progresado, la cifra de mujeres que se han incorporado al mercado laboral ha aumentado; existe mayor paridad de género en todos los niveles educativos, hay más mujeres que ocupan puestos de liderazgo. Hoy los gobiernos tienen en su agenda temas sobre los derechos de las mujeres como derechos humanos, y los derechos de las mujeres y la igualdad de género están reconocidos como objetivos legítimos e indispensables en cualquier sociedad.
Esto se logró gracias a mujeres, que públicamente alzan su voz a favor de la igualdad de género y, a menudo, terminan siendo el blanco de amenazas, como Fatou Bensouda, de Gambia, elegida fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI) en diciembre de 2011. Reconocida como una de las 100 personas más influyentes del mundo, (revista Time en 2012) y como una de las 50 mujeres que, con sus acciones e iniciativas, hacen avanzar al continente africano por (Jeune Afrique 2014 – 2015).
Geena Davis, galardonada con un Premio de la Academia y un Globo de Oro, defensora de la diversidad de las mujeres en el cine y en la industria de entretenimiento. Trabaja con las compañías de entretenimiento y medios para mejorar cómo las mujeres son retratadas en la pantalla.
Melinda Gates copresidenta de la fundación Bill & Melinda Gates, junto con su esposo, modela y aprueba las estrategias de la fundación con el objetivo de mejorar la igualdad en Estados Unidos y en todo el mundo.
Nicola Grinstea, Presidenta del Consejo Mundial de la Asociación Mundial de las Guías Scouts, un movimiento global de 10 millones de niñas y mujeres jóvenes de 146 países dedicado a prestar apoyo a las niñas y las mujeres jóvenes para que alcancen todo su potencial, Rigoberta Menchú, Nicole Kidman, Malala Yousafzai y la lista sería interminable.
En este siglo XXI, aún las mujeres sufren violencia, pierden oportunidades de aprender, trabajar y prosperar. Actualmente no hay ningún ámbito de la vida de las mujeres en donde no se vea alterado por la violencia o la posibilidad de sufrirla, debemos seguir trabajando en pos de los DERECHOS HUMANOS DE LAS MUJERES, “Derechos inherentes a todos los seres humanos, sin distinción de raza, sexo, nacionalidad, origen étnico, lengua, religión o cualquier otra condición. En donde se incluye el derecho a la vida y a la libertad; a no estar sometido a esclavitud y a las torturas; a la libertad de opinión y de expresión; a la educación y al trabajo, entre otros muchos”
¡Estos derechos corresponden a todas las MUJERES, sin discriminación alguna!